Aquello de que "la necesidad nunca hizo buenos negocios" parece no aplicarse a las dietas para adelgazar. Día a día aumentan su apuesta, alentadas por índices de sobrepeso y obesidad crecientes. Quizás tú también hayas incursionado en alguna de ellas. Sin embargo, si tienes en cuenta cómo son las dietas fraudulentas, es poco probable que vuelvas a caer en una de ellas. Entérate qué es lo que caracteriza a una dieta fraudulenta.

De tanto en tanto, alguna dieta o producto para adelgazar cobra protagonismo hasta límites insospechados. Todos comienzan a hablar de ella como si fuese la panacea milagrosa que pondrá en línea al planeta.

Lo cierto es que, en la mayoría de los casos, detrás del supuesto milagro se cocina un negocio alimentado por la necesidad de adelgazar. En muchas ocasiones, las denuncias tampoco tardan en hacerse oír.

¿Cómo saber si una dieta es fraudulenta y evitar poner en riesgo tu salud?

Las dietas fraudulentas han sido claramente definidas por los diferentes organismos de salud, por lo que puedes tener en cuenta los parámetros generales que estas instituciones emplean para identificarlas.

En cualquier caso, la mayoría de las dietas fraudulentas pueden presentar algunas de estas características. Es importante que estés atento para detectar si se trata de una de ellas, en los siguientes casos:
  • Te aseguran que podrás adelgazar en poco tiempo. Por ejemplo: dieta de los trece días, dieta de los 5 días
  • Te prometen que perderás muchos kilos.
  • Te prohíben comer determinados alimentos. Por ejemplo: dieta Dukan y la mayoría de las dietas hiperproteicas, como la Atkins.
  • Te instan a consumir uno o algunos alimentos, cuyas propiedades exageran. Por ejemplo: dieta de la sopa de cebollas, por nombrar una de las más populares.
  • Se basan en el consumo de productos que comercializan. Por ejemplo: dieta Kot, dieta Pronokal, dieta Bimanán, entre otras.
  • Se basan en un método que comercializan, al que sólo podrás acceder, si lo compras. Por ejemplo: Sistema Alexandre, Método Gabriel, Método Superthon, etc.
  • El precio de estos productos en general es alto.
  • Promueven su comercio a través de casos de éxito.
  • Contradicen cuestiones consensuadas por la ciencia.
  • Distorsionan la información científica.